viernes, 10 de junio de 2016

La necesidad se convierte en imprescindible

"Cuando existe una innovación, los estadounidenses crean un negocio, los chinos lo copian y los europeos lo regulan"
Emma Marcegaglial MEDEF
Con esta frase se daba inicio a la séptima edición de la Health 2.0 Europa celebrada el pasado mayo en Barcelona que desde 2010 presenta las soluciones de vanguardia en cuanto a salud digital se refiere.
Al igual que el cambio climático y el calentamiento global, la sombra que amenaza con el colapso del sistema sanitario se hace cada día más evidente. Lo suficiente como para que la industria farmacéutica, gobiernos, aseguradoras y empresas privadas hayan dado el paso de destinar buena parte de su presupuesto a la financiación de soluciones más disruptivas en salud desarrolladas dentro del ecosistema startup internacional.
Si bien las soluciones que engloba la salud digital apuntan maneras de cara a solventar este desequilibrio cada vez más evidente, también plantean nuevos retos que ya se están teniendo en cuenta. La medicina personalizada y los avances técnicos, entre otros, retrasan la mortalidad y favorecen que enfermedades crónicas que hasta ahora no eran tan relevantes despierten la preocupación en cuanto a sostenibilidad económica se refiere.
Vivimos la primavera de la innovación. La transformación digital que ya impera en otros muchos sectores se nos plantea como imprescindible para avanzar en un nuevo modelo de salud que diverge desde todos los ángulos donde el paciente (por fin) se posiciona en el centro de la ecuación e interviene de forma responsable en el cuidado de su salud. El paciente "empoderado" es el nuevo paradigma del sistema sanitario presente y futuro, implicado activamente durante todo el proceso desde el diagnóstico de su enfermedad o incluso desde su prevención. El "E-paciente" acude a la consulta con la información acerca de sus síntomas y requiere una figura de prescriptor que confirme o desmienta para decidir conjuntamente entre las alternativas a su alcance.
Paralelamente al nacimiento o transformación del paciente digital, la innovación tecnológica ha reformulado la práctica clínica diaria. Si hace un año parecía que el foco principal estaba centrado en el análisis y tratamiento de Big Data, los wearables y las herramientas de comunicación entre profesionales y pacientes, en los últimos meses vemos como otras innovaciones se posicionan en primera línea. La biotecnología, la impresión en 3D, la realidad virtual o la gamificación son realidades que en ocasiones parecen sacadas de un libro de ciencia ficción y constituyen en la actualidad la base terapéutica, diagnóstica o formativa dentro del proceso asistencial.
Ante tal vorágine de datos, desarrollos y novedades, es necesario implicar a todos los actores que componen este escenario y establecer una estrategia conjunta que lleve, no solo a la digitalización de los procesos sino a un cambio conceptual que aumente la eficiencia y agilice los procesos aportando valor en todos los eslabones de la cadena.